Luterito: En Nombre de Dios Rojos y Azules
Por:
Claudia Yesenia Cardona Alzate
"la guerra es la más grande plaga que azota a la humanidad; destruye la religión, destruye naciones, destruye familias. Es el peor de los males."
M. Lutero
Contar Lo Que Pocos Se Atrevieron A Contar.
Al comenzar este escrito tratando de encontrar las palabras para expresar y plasmar mis ideas acerca de un libro que de alguna manera me molestaba leer, por su lenguaje complicado y sus palabras enredadas al ser del siglo XLX.
Me puse en la tarea y asumí el reto de leerlo a pesar de que se que me enfrentaría a múltiples obstáculos y no me arrepiento de haberlo hecho, por el simple hecho que cuando nos imponemos un reto podemos aprender a ir más allá de nuestras propias dificultades, al hacerlo pude averiguar un poco de la vida de su autor para comprenderlo y entender un poco mas lo que se me presentaba en el texto. Es entonces, Tomas Carrasquilla el autor que tanto me ha molestado leer y que siendo sincera me ha constado, pero que, sin embargo al final puedo decir que logre tener una conexión fuerte con sus ideas y de alguna manera conocer un poco de sus historia me cambio la idea de que este escrito fuera orientado a criticar su manera de escribir.
Cambie de opinión por que encontré que carrasquilla como lo ha hecho muchos autores a través de los tiempos encontró en la escritura una manera para contar verdades, de una manera particular y singular que aun cautiva.
Carrasquilla nació el 17 de enero de 1858 en un pequeño pueblo minero de Antioquia, Santo Domingo, vivió en una época llena de intensas agitaciones políticas en Colombia, por eso sus obras reflejan verdades que como comencé con el subtítulo de este escrito pocos vieron o pocos se atrevieron a contar.
Sin duda, encontrarme con un autor que en sus escritos logro reflejar y plasmar de una manera maravillosa esa cruda realidad que se vivió y contarla con la imaginación e inteligencia que este lo hizo, convirtiendo una situación dura en obras literarias que sabia iba a llegar a muchas personas, me cambio la perspectiva totalmente y me hizo interesarme de verdad en lo que este autor quería contar.
Realmente para entenderlo al que conocerlo y ser conscientes de la época en que vivió y de cómo fue capaz de retomar historias llenas de costumbres, valorando además la riqueza humana de su pueblo antiqueño y de Colombia. Siempre fue un autor que amo a su tierra que más que hacer una crítica por hacerla, trato de que se evidénciala una verdad sin desconocer lo bello y hermoso de su región, orientada más a juzgar a quienes por unos ideales políticos y religiosos se preocupaban mas por la obtención de poder que por el mismo pueblo.
Así Tomas Carrasquilla entre el costumbrismo y la modernidad mostro el amor por su pueblo antiqueño uno de los más sobresalientes en la época, por su desarrollo industrial y financiero sobre todo en los sectores agrícolas y relacionados a la explotación minera.
Sus obras tocan temas relacionados a la religiosidad antioqueña y revelan de un modo u otro la secularización que se empezaba a vivencial en ese momento, es decir la desvalorización de los valores cristianos o en otras palabras la pérdida de autoridad de la iglesia, lo que en gran medida causo que se dieran tantos crisis en el siglo XLX.
No tengo si no que agregar, que me di cuenta que gracias a la riqueza de las historias contadas en cada escrito, hacen retomar a muchos esas vivencias de la época, haciéndolos sentir como si conociéramos de esa cultura, así la desconozca.
Se dice que Carrasquilla conoció todos sitios donde se hablaba en Medellín. Y allí se enteró de muchas cosas, que mezcló con las que sabía. Nada quedó por fuera, ni los gestos, ni las costumbres, ni las palabras, ni los sueños ni las partes más tenebrosas. Narró el total de una localidad demostrando la vida que había en ella, la que se vivía con gusto y la que transcurría con miedo. Contó sobre espacios, sobre personas, sobre las formas estéticas importadas y en torno a falsificaciones. No evadió nada, como hacen los buenos escritores. Y según la leyenda, no se supo cuándo escribió tanto. Se dijo que se bebía 60 aguardientes diarios y se fumaba igual número de cigarrillos. Y que no paraba de hablar y oír en bares y costureros. Sea cierto o no, produjo la obra más abundante sobre la Medellín de principios del siglo XX, cuando ya dejaba de ser aldea (donde todos se conocen) para convertirse en mucha gente desconocida presente por todas partes, unos llegando para quedarse, otros entrado y saliendo[1].
Pasare a continuación a exponer las ideas a cerca del escrito que me causo dificultad entender, pero del que pude aprender mucho más de lo que yo creía.
Guerra y religión
Toda la historia de nuestra humanidad data de un gran sin número de guerras religiosas, de grandes conflictos que han marcado, transformado y permeado nuestra historia.
Son fantasma que aún persisten a pesar de tanto dolor, sufrimiento y de tantas consecuencias devastadoras. Y todas han estado influencias por una creencia, por una relación estado-religión como un solo ente, y que en nombre de Dios se justifican para cometer tantas y tantas barbaries, pero que en realidad son guiadas por la vanidad y ansias de poder.
Colombia no es un país ajeno a esta situación, es un país que desde sus entrañas ha querido lograr su libertad y parece paradójico decir que aun después de nuestra independencia se hayan dado tantos conflictos internos que aún persisten. Uno de ellos entre los nacientes partidos políticos del siglo XIX: los liberales y los conservadores.
Estos conflictos desarrollaron diferentes divisiones y una lucha constante por el poder que se extendió por el ancho y largo del territorio nacional, dejando solo devastación y un profundo sentimiento de tristeza, apoyados y justificados por la idea del cumplimiento de una fe que nada tiene que ver con lo que se hace.
Mucho se ha dicho y se ha hablado acerca de este episodio en la historia de nuestra patria, que para muchos es la historia de la “patria boba” que no aprende, que esta ciega y que al parecer no quiere ver la luz.
Historias se han contado pero desafortunadamente, muchos las desconocemos e incluso, las ignoramos.
Por ello, Es el Luterito una historia que muestra con precisión lo que se vivía en esta época. Alude a lo que se conoció como la cuestión religiosa' del siglo XIX en Colombia. Y una de las muchas obras que nos muestran la realidad contada y vista desde Tomas Carrasquilla.
La relación del título de la obra con su desarrollo es un eufemismo donde se relaciona la vida del padre Casafús y todos los tropiezos de una vida marcada por la fatalidad, donde no prevalece la justicia y su amor a Dios no se ve afectado por la excomunión, el asilo, la indiferencia de un pueblo y todas las necesidades físicas habidas y por haber. Eufemismo por que trae a colación dos grandes revolucionarios de la iglesia como lo son Calvino y Lutero para compararlo con Casafús. [2]
Esta obra cuenta esa serie de conflictos de carácter religioso y político que desataron guerras entre conservadores y la iglesia católica en contra de los liberales y sus políticas reformistas que querían laicizar y modernizar el Estado.En medio de la situación, el padre Casafús es un sacerdote sin posición política que se niega a defender dicha guerra. Luchará hasta las últimas consecuencias para defender sus creencias. El Padre Casafús fue tildado de traidor a la patria y considerado persona no grata.por su silencio es acusado de ser liberal, condenado a la excomunión, el abandono y a ser ignorado por completo.
Este particular sacerdote con se comprometió realmente con su servicio, dando testimonio de pobreza y entrega a los pobres.
Este conflicto se desarrolla en un tiempo y en un espacio muy delicado para nuestra nación donde la política ligada a la religión con sus vicios destruye a un pueblo, una familia, un individuo. Por la intolerancia, el deseo de poder, el ansia de figurar en las altas esferas de un pueblo irreconciliable. La relación político-religiosa encarna la maldad, el odio, el terror aduciendo obediencia al mandato divino para justificar la bajeza y el desenfreno de sus actos.
La muerte arrastro familias enteras cuando la obediencia rayaba con la estupidez, mataban y morían en nombre de una bandera, que a fin de cuentas solo causo la lucha entre hermanos de patria y sufrimiento pues la elite no se untaba un dedo de los sucesos y menos aun para compadecer al desgarrado pueblo que por ellos lo daban todo y morían en el anonimato igual que el padre Pedro Nolasco Casafús.
Y fuego bélico inflama los corazones; la fe les exalta y les sublima. Truena el club y la tribuna. Viento de epopeya silba en las breñas, vibra en las sierras, se desata en los ámbitos. Cada hogar es una fragua, un Sinaí cada púlpito. Surgen los apóstoles, aparecen los evangelistas. Al infinito tiende la mujer bíblica de estas montañas: si es preciso su sangre, también la ofrendará, que vírgenes y mártires la derramaron siempre por su Dios. ¡A la lid las milicias todas del Señor! No es soldado únicamente quien combate en el fragor de la pelea: gloriosas e incruentas se libran con otros héroes y otras armas. ¡Al templo, niños inocentes, desvalidos ancianos, mujeres inermes, al templo!... Antioquia la soberana, la agreste soberana, cifra en su fe su orgullo”.[3]
Cuando pienso en como describir este particular personaje de Carrasquilla pienso de alguna manera en parte de la posición que este adopto en todo este conflicto al igual que el padre Casafús decidió mantenerse a raya de esta situación.
Un sacerdote con aspecto más bien sobrio, delgado, con una edad mayor, un temperamento que para muchos era de cuidado, una capacidad para decir las verdades a quien fuera, una firmeza grandísima, tenía un corazón grande y un gran sentido e generosidad que para muchos era extravagante y exagerada, teniendo en cuenta que llegaba al extremo de entregar todo lo que tenía a cuento se lo pidiera y que vivía con sus dos hermanas y un sobrino que respondía al apodo de maleta, y su situación era muy crítica, porque toda su familia dependía de él y eran muy pobres.
Tal vez una de las cosas que hay que resaltar en este sacerdote era esa capacidad para reflejar las enseñanzas de Jesús, con verdadero sentimiento, con amor, por eso tal vez para muchos como el Padre Vera, el párroco donde trabajaba Casafús, quien lo veía como una persona entregada totalmente a su ministerio, puro y santo, fue difícil cree que el realmente fuera un liberal, pero sin embargo se dejo convencer por una doña Misia Quiteria, una de las mujeres más prodigiosas del pueblo y adinerada, conservadora como ella solita, pero con una boquita que le costó al pobre padre Casafús su destitución como sacerdote; quien no hizo más que meter cizaña contra el padre hasta que vera lo acuso con el obispo
Si no hubiera sido fuera por Misia Milagros una señora muy pobre al igual que ellos, pero bondadosa y de gran representación, esta familia hubiera quedado totalmente a merced de todas las calamidades posibles aunque aun así las hayan pasado, lo realmente valorable en esta señora fue que llego hasta las últimas consecuencias para ayudar al padre Casafús y a su familia para que le retiraran la suspensión; a tal punto llego que fue capaz de ir hasta el obispo e interceder por el padrecito, logrado una respuesta positiva pero que fue en vano porque al final el Padre murió no lo presenta Carrasquilla de hartura.
¿Cómo Seria La Hartura Del Padre Casafús?, Comprender La Magnitud Del Destierro Al Que Fue Sometido, Del Desespero, Del Sufrimiento De Su Familia, Las Humillaciones El Desprecio, Abandono, Exclusión Y Discriminación que tuvo que soportar a tal punto de casi morirse de hambre, pero, sin embargo morir de hartura, de cansancio, es comprensible porque su situación no fue fácil, aunque su valor y resistencia, además de su resignación y aceptación ante esta situación, lo hacen un hombre grande, digno de admirar. Porque a pesar de todo se mantuvo firme en su posición y no bajo la guardia ante tantas injusticias.
En conclusión, quiero resaltar que a pesar de existir una gran cantidad de mártires que han luchado por el bienestar colectivo y por un mundo mejor lastimosamente muchos se olvidan de sus logros y triunfos ante las grandes injusticias en el sistema político que pone fin a muchas vidas y peor aun a oportunidades de progreso y de tolerancia entre los miembros que conforman una nación. Parece que no aprendiéramos de nuestra historia parece que como aquella frase:”quien no conoce su historia está destinado a repetirla”.
Una gran realidad es que las personas han tergiversado el significado del temor a Dios y a muchos se les hace difícil entender que Dios no es una bandera, ni un partido político y mucho menos un instrumento que se utiliza para la guerra. Muchos se han valido de esto para fines de control social basados en pensamientos falaces de personas y lideres inescrupulosos que buscan su beneficio económico.
El valor del ser un verdadero creyente no consiste en seguir ciegamente una doctrina sino, practicar en la vida las enseñanzas que nos puedan servir para crecer, para convivir, no se trata de olvidar nuestro pasado sino aprender de él, fijar nuestra mirada solo en lo malo tal vez nos esclaviza, pero cuando se reconocen los errores podremos aceptar que el ser humano a actuado tan erradamente por que se ciega frente a los deseos de poder dominar.
El hecho esta, en entender que en nombre de Dios se han hecho muchas cosas y seguramente se seguirán haciendo pero valerse de esto para cometer los actos más injusto y más despreciables solo nos hace más miserable porque simplemente queremos evadir la responsabilidad que nuestros actos cause a la sociedad y echarle la culpa a un ser divino no nos exonera de nuestra culpa.
¿Defender una idea hasta la muerte realmente nos hace más felices o muestra aun más la impotencia del ser humano ante la necesidad de poder?
Creo que si comprendiéramos mejor aquella frase que aparecen la biblia: “Al cesar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios”, entenderíamos que simplemente estado y religión no pueden ser tomados como lo mismo, sino que cada uno cumple una función diferente dentro de la Sociedad.
Si la religión y el estado no se hubieran independizado seguramente, estaríamos regidos como el islam y nuestra libertad se limitaría, a la autoridad del libro (biblia); pero nuestra realidad es otra y en ese sentido deberíamos reflexionar en el respeto, la tolerancia y los derechos de libertad de pensamiento, de acto que tenemos como individuos.
Cuánta razón tienen quienes afirmar que el mayor verdugo para el hombre es el mismo quien a través de los años, es como si fuera de mal en peor, ¿es el hombre un ser incapaz de vivir en paz? Cuanto bien y la vez cuanto mal le ha traído al ser humano el progreso, nos cuesta entender a veces que entre más avancemos, mucha más responsabilidad adquirimos ante un mundo que parece retroceder frente las ambiciones humanas .
Si se aprende en la vida es que cuando se ama de verdad, cuando se cree en algo, sólo sentimos la necesidad de hacer el bien y cuando leí el Luterito comprendí aun más como si existen seres humanos capaces de entregarse completamente e íntegramente a otro, defendiendo sus ideales, su verdad, pero no esa verdad manipulada, sino una verdad como aquella que defendió hasta morir el padre Casafús.
“pienso que la paz es Dios y no la guerra” Casafús. Para el que cree tiene un significado importantísimo, entender que el verdadero lenguaje que nos une a todos es el Amor. para el que no, sabe que la religión juega un papel fundamental en la vida de cualquier humano siempre que esta le haga bien ,lo beneficie y en ella encuentre la plenitud y la felicidad tan anhelada en definitiva si se ha de luchar por algo, que sea una lucha para el beneficio de la humanidad, el hombre debe luchar por un ideal, porque ese ideal le da sentido a su vida, pero en ningún momento debemos caer en la trampa de dejarnos llevar por la irracionalidad del que actúa por actuar y no mide las consecuencias.
BIBLIOGRAFÍA
Naranjo Carrasquilla, Tomás. (1899).Cuentos de Tomás Carrasquilla. Medellín: Norma S.A.
Sin autor, la violencia. Extraído el 4 de noviembre de 2010 desde http://wapedia.mobi/es/Epoca_de_la_Violencia_en_Colombia.
Lozano, Sánchez, Carlos. (1992).prólogo. Consultado:(el 5 de noviembre, 2010) Disponible en: http:// www. banrepcultural.org/ blaavirtual/ literatura/ /carrasqu/carras 1.htm.
Muñoz, Rubiano, Rafael. Guerra, poder político y racionalidad pública en Colombia. El almendrón colombiano o los problemas en la constitución del régimen político en Colombia. (Sin fecha).consultado:(el 6 de noviembre, 2010) Disponible En:www.insumisos.com/.../guerra,poder%20olitico%20yr%20acional.pdf
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